Por: Sergio Anzaldo
El último disparo contra Omar García Harfuch también marcó el arranque de la batalla mediática por influir en la valoración pública sobre el saldo del atentado. No sólo estuvo en juego la vida del Secretario de Seguridad Ciudadana de la CDMX, sino la propia viabilidad de toda la estrategia de seguridad pública y el regreso de la noción del Estado fallido que desde Calderón se empezó a aplicar al país. Misma noción que empezó a emerger en el horizonte después del “culiacanazo”.
Por sus características, el atentando del viernes 26 de junio del 2020 tenía toda la intención de comunicar al respetable que no había persona ni lugar que estuviera fuera de su alcance. Tengo la impresión que no lo lograron del todo. La suerte y la reacción operativa y mediática del gobierno lograron contener la idea de que están totalmente rebasados y que el crimen organizado puede hacer y deshacer a su antojo, por lo menos en la CDMX.
Repasemos la secuencia de principales acciones comunicativas de los funcionarios directamente involucrados, que lograron encauzar y centrar la información que durante todo ese día estuvieron difundiendo prácticamente todos los noticieros de televisión y radio, así como las redes sociales.
6.38 a.m. se realiza el atentado.
Casi de manera inmediata empiezan a circular rumores y especulaciones sobre lo sucedido en las redes sociales. Se habla de una fuerte balacera en las Lomas de Chapultepec. Los noticieros matutinos abordan el tema desde las 7 de la mañana, prácticamente al inicio de sus emisiones.
7.23 a.m. La Jefa de Gobierno, Claudia Sheimbaum, es la primera persona en dar información.
Mediante dos tuits informa lo sucedido de manera clara y directa, con lo que logra centrar la información en la versión de un atentado contra el Secretario de Seguridad Ciudadana de la CDMX.
7.30 a.m. El presidente Andrés Manuel López Obrador aborda el tema del atentado en la mañanera que se realiza en Morelia, Michoacán.
Lo hace antes que le puedan formular alguna pregunta, al inicio de la sesión de preguntas y respuestas. Declara su respaldo a la Jefa de Gobierno de la CDMX y anuncia una conferencia de prensa a las 11 de la mañana para dar información sobre lo sucedido.
7.47 a.m. La Jefa de Gobierno confirma el estado de salud de Omar García Harfuch y encauza la interpretación sobre la causa del atentado al señalarlo como una respuesta al trabajo de la autoridad.
8.02 a.m. La Fiscal de la CDMX, Ernestina Godoy, informa que hay 12 detenidos, proporcionando nuevo material informativo a los matutinos y a las redes.
9.32 a.m. El propio Secretario de Seguridad Ciudadana, Omar García Harfuch, señala al Cártel Jalisco Nueva Generación, CJNG, como el responsable del atentado.
Esta información centra todavía más la información que en todas las plataformas de comunicación se estaba difundiendo sobre lo acontecido.
11.00 a.m. El Secretario de Protección y Seguridad Ciudadana, Alfonso Durazo, da una conferencia de prensa en Morelia, Michoacán confirmando y desglosando básicamente la información proporcionada anteriormente. Con el desglose alimenta informativamente a los medios.
2.40 p.m. El vocero de la Fiscalía de la CDMX, Ulises Lara, da una conferencia de prensa.
Los detalles que presenta sobre el atentado son retomados por la mayoría de las plataformas de comunicación que abordan el tema, prácticamente todos.
4.56 p.m. La Fiscal de la CDMX da a conocer la detención en Tláhuac de cinco implicados más en el atentado. Entre ellos el Vaca, supuesto autor intelectual. Con esta información el gobierno mantiene la vanguardia informativa.
8.42. p.m. La víctima del atentado, Omar García Harfuch, informa que salió bien de la cirugía.
Con este tuit del Secretario de Seguridad Ciudadana de la CDMX prácticamente concluyen las novedades informativas por parte de los funcionarios directamente vinculados en el atentado. De esta secuencia puede concluirse:
La coordinación entre los funcionarios que dieron información evitó contradicciones entre sí o que se encimaran unos con otros. También cuidaron que el contenido difundido estuviera vinculado con su ámbito de competencia.
Prácticamente informaron en tiempo real de lo que se estaban enterando. Así evitaron filtraciones, especulaciones y se acoplaron a la actual velocidad del ciclo informativo de las redes sociales y los medios de comunicación.
La rapidez y contundencia de la reacción operativa les dio elementos para mantener la vanguardia informativa.
El twitter se confirma como canal de comunicación más rápido y efectivo del actual contexto mediático.
Se confirma que la información sólo puede lograr sus objetivos, con más información. Se acabó la época del ocultamiento y de la administración de la información.
Es posible encauzar la vorágine informativa de nuestro tiempo.
De alguna manera, la concurrencia y secuencia de las comunicaciones de los principales funcionarios involucrados tuvo la capacidad de conducir la comunicación e incidir en la interpretación del atentado. Es difícil que haya sido planeada esta estrategia de contención. No hubo tiempo. Lo que sí es cierto es que la actitud y disposición a dar información todo el tiempo abonó en el control de la crisis. A mi parecer, esta batalla mediática la ganó el gobierno y los éxitos operativos le dieron un respiro a la maltrecha estrategia de seguridad. El asunto es que la guerra continúa y cada día hay más frentes abiertos.
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