Si quieres triunfar profesionalmente como mujer tienes de dos, convertirte es bruja o en perra. Aunque muchas mujeres están inmersas en el mundo laboral continúan enfrentado todo tipo de obstáculos; la inclusión y la equidad de género sigue siendo un tema pendiente en todas partes.
Por: Abraham Eleno
¿Cuál es el secreto del éxito profesional?
Tal vez piensas que es una cuestión meramente subjetiva, pero el éxito comúnmente es asociado con el nivel de ingresos, el puesto de trabajo que desempeñamos y quizá con el nivel de reconocimiento o la relevancia que guardan nuestras tareas en la organización o en la sociedad.
Estos indicadores de que "vas por buen camino" en tu carrera profesional, y son muchas veces esos mismos lugares en donde pueden distinguirse con mayor claridad los niveles de inclusión que tiene el género femenino en el mercado laboral.
Las dificultades que enfrentan al irrumpir en el competitivo terreno laboral son apenas uno de los obstáculos que han debido sortear, en una lucha que se disputa desde múltiples frentes.
En teoría, inclusión
No es un secreto que la incorporación de la mujer al trabajo remunerado obedeció más a un ajuste en el modelo económico y su necesidad de contar con un creciente y pujante ejército de reserva, que le permitiera abaratar los precios de producción y por tanto, fortalecer sus ganancias y mantener su expansión.
La evolución del campo laboral parece haber transcurrido de una manera más o menos tersa y ordenada, sin embargo las cuestiones culturales han tenido un papel importantísimo en la forma en que esa transformación se presentó.
Mientras que para el campo laboral y económico es claro que la inserción de la mujer es una necesitad, la cultura no ha dado los grandes saltos que necesitaría para que esto no trastoque valores enraizados en las diversas sociedades y culturas, como muestra los estereotipos y roles de género que aún hoy impiden a muchas niñas, adolescentes y mujeres perseguir sus aspiraciones profesionales, con todo lo que esto implica.
En la práctica, discriminación
Así, mientras el discurso inclusivo cobra relevancia en el terreno político y las empresas parecen cambiar hacia estructuras y metodologías con diversidad de géneros que enriquezcan la creatividad y la producción, en la práctica las mujeres son sujetos de constantes y variadas formas de discriminación.
Existen multitud de ejemplos en los cuales las mujeres son menospreciadas por cuestiones de género: desde el salario, hasta sus funciones y los puestos jerárquicos que desempeñan en las organizaciones.
Mucho se ha estudiado sobre los fenómenos que ocurren en torno a la integración de las mujeres a la fuerza laboral. Desde la poca visibilidad y reconocimiento que se da a las aportaciones femeninas en la ciencia (Efecto Matilda); las barreras "invisibles" que obstaculizan el desarrollo y crecimiento profesional femenino (Techo y paredes de cristal); hasta las cargas afectivas, emocionales y de horarios que se imponen exclusivamente sobre las mujeres, y que dificultan su plena incorporación al trabajo (Suelo pegajoso) 1.
¿Cuándo logra una mujer la cima profesional?
El éxito profesional de las mujeres está estrechamente relacionado con que el género femenino no sea relevante para sus labores, o mejor dicho, en tanto que la mujer sea lo más parecido a un hombre.
Actualmente se espera que la mujer se centre en su carrera profesional y debe estar enfocada en superar las expectativas académicas por encima de sus colegas masculinos, ya que difícilmente será la primera opción para un puesto laboral, lo que empeora cuando se trata de una posición de responsabilidad (2).
Las profesionistas exitosas del siglo XXI no lo pueden ser a pesar de la responsabilidades en el hogar y la familia, ahora deben ceder ese tiempo a su desarrollo profesional; los hijos son una pesada carga que puede truncar las aspiraciones laborales y económicas de quien decide tenerlos.
Las actitudes, personalidades y sensibilidades deben estar lo más equilibrados posibles; no se espera de una profesional que sea afectada por los ciclos naturales y desequilibrios hormonales, permitidos en cierta medida para el género femenino, pero no para quien tiene que cumplir una jornada laboral, atender clientes y jefes con la mejor de las caras.
Una jefa no debe mostrarse indulgente o solidaria con sus subordinados, al contrario, si desea destacar en su carrera debe convertirse en una “bruja”, en una “arpía”, una “perra” que no se deje ni escuche a nadie. No se permite la vulnerabilidad, eso es un lujo de las relaciones interpersonales que debe anularse en el trabajo femenino. Sin importar que sea excelente en su trabajo, si no cuenta con esas actitudes no llegará a ninguna parte.
Eso sí, la mujer que se adapte a esas “necesidades del campo laboral”, debe aprender que jamás lo logrará del todo, porque los estereotipos y prejuicios seguirán jugando un papel importante sobre las expectativas de la mujer trabajadora.
Una mujer con carácter no es igual que un hombre con carácter
Una mujer que muestre carácter nunca será vista del mismo modo que un hombre con esa característica. A nosotros se nos tienen permitidos los exabruptos, levantar la voz, mostrarnos molestos; mientras que en ellas es visto como un signo de neurosis o histeria: “Seguro están en sus días”, “está loca” o “le falta sexo” son las "razones lógicas” ante una respuesta igual a la de sus colegas masculinos.
Es ese sentido, una mujer puede intentar dejar de lado su feminidad para insertarse en el ámbito profesional, pero nunca tendrá las mismas prerrogativas que un varón, siempre habrá un doble rasero respecto a lo que se espera de ella de acuerdo a su género.
¿Qué sigue para las mujeres y el mundo laboral?
No cabe duda que las mujeres continúan incorporándose al trabajo y a todo tipo de espacios (un par de batallas ganadas); sin embargo, aún queda el reto de crear las condiciones estructurales, sociales y culturales suficientes para que puedan desenvolverse en ellos plenamente.
América Latina y el Caribe muestran avances significativos en cuestiones de paridad de género en el trabajo, se estima que al menos una quinta parte de los puestos directivos empresariales son ocupados actualmente por mujeres, algunos países de la región alcanzan hasta 39% de los puestos directivos y representan aproximadamente 53% de todos los empleados del sector público (3).
Respecto a la paridad salarial, Latinoamérica registra los mayores avances pasando de una brecha promedio del 20% al 15%, impulsado fuertemente por el sector público. Para el caso de México y Centroamérica, las diferencias salariales son incluso menores llegando a un 10% (4).
Cada vez más personas y sectores aceptan que la participación de las mujeres en todas las esferas es fundamental y necesaria, pero definitivamente queda un gran camino por recorrer.
Ante el mercado actual que obedece a cuestiones meramente económicas es necesario demostrar que todo eso es perfectamente alcanzable desde una visión que ayude al desarrollo pleno de los individuos, que sepa explotar la diversidad como un recurso y de innovación e inspiración para mejorar no sólo productos, procesos y rendimientos, sino la cultura laboral y sus alcances.
La posibilidad de cambio a través de la visión femenina del mundo laboral abre la puerta al pleno éxito profesional más allá de lo económico, no solo para ellas, sino para todas las personas que formamos parte de ese mundo.
1 Maricarmen Jiménez Colín. "Mujeres en la ciencia: desde el 'efecto Matilda' hasta el 'suelo pegajoso', pasando por el 'techo de cristal'". Revista Pensamiento Libre, n. 53, Noviembre-Diciembre 2018, https://www.revistapensamientolibre.com/single-post/2018/11/06/Mujeres-en-la-ciencia (consulta: 14 de febrero de 2019).
2 Idem.
3 Oficina Internacional del Trabajo, "La mujer en la gestión empresarial: Cobrando impulso en América Latina y el Caribe", Oficina de Actividades para Empleadores (ACT/EMP), Ginebra: OIT, 2017, https://www.ilo.org/public/spanish/dialogue/actemp/downloads/events/2017/lima_conf/wibm_fullreport_2017_sp.pdf (consulta: 15 de febrero de 2019).
4 OIT, "Panorama laboral 2017. América Latina y el Caribe", Oficina regional de la OIT para América Latina y el Caribe, Lima: OIT, 2017, https://www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/---americas/---ro-lima/documents/publication/wcms_613957.pdf (consulta: 15 de febrero de 2019).
*Las opiniones vertidas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten y no representan, necesariamente, la forma de pensar de la Revista El Aguachile.
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