Por: Andrómeda Martínez
La vigilancia centinela consiste en la recolección, integración, verificación y análisis de información epidemiológica, detallada en un reducido conjunto de unidades monitoras. En entrevista para El Aguachile, la Dra. Laurie Ann Ximénez Fyvie, Coordinadora del Laboratorio de Genética Molecular de la UNAM, señaló que el modelo centinela “funciona por estimaciones y lo que se requiere para controlar la pandemia en México es saber dónde están las 26 mil personas que hasta la semana pasada salían de calcular que por cada caso confirmado de la enfermedad había alrededor de 10 o 12 veces más probables infectados”.
Por otra parte, Hugo López-Gatell, subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud y principal responsable de atender la pandemia de COVID-19 en México, optó por usar este modelo centinela para contabilizar a los afectados por el virus en nuestro país. Ante una situación como la que se está viviendo en el mundo, ¿no es necesario saber quiénes son asintomáticos y sintomáticos? ¿No se requiere clasificar y monitorear los casos graves, los que necesitan hospitalización y cuidados intensivos?
Para la Dra. Laurie Ann Ximénez Fyvie, las autoridades sanitarias actúan como un espectador, es necesario realizar acciones para controlar la diseminación del virus, “las autoridades creen que se están ahorrando dinero al no hacer pruebas, la alternativa de la vigilancia centinela va a ser muchísimo más costosa, porque cada día que la población mexicana permanezca en casa, la economía de nuestro país se cerrará más”.
Permitir que la pandemia fluya naturalmente sin ningún tipo de control, da la impresión que nuestro país está resignado. El trabajo de López-Gatell no consiste en anunciar en qué momento pasamos de una fase a otra y después, sentarse a observar el avance de esta contingencia. No se ve la intención de evitar la catástrofe de la pandemia, la aceptación sabe a derrota, los hospitales están a tope y con problemas operativos básicos, sin equipos de protección para médicos y personal de salud.
“El subsecretario parece que tiró la toalla desde el principio, dejó que ocurriera, que muera quien tenga que morir y ya después vemos qué hacemos, y no funciona así” resalta la Dra. Ximénez Fyvie, “se le tiene en el cargo para hacer su trabajo con responsabilidad, la forma como las cosas se han dado es una consecuencia directa de las acciones que se han tomado, de pretender que ya estábamos predestinados a la fase 3”. Hay que tener en cuenta que la vigilancia centinela no tiene nada de malo, pero no es un método de control, en este tipo de situaciones se requiere absoluto control y para llegar a ese punto, los diagnósticos tienen que ser puntuales e individuales. Urge que el gobierno lopez-obradorista invierta en pruebas diagnósticas y delegar algunas responsabilidades a los gobiernos locales.
Para que el país tenga éxito en el control de la pandemia, la Dra. Ximénez Fyvie enfatizó que “se requieren pruebas masivas y estrategias de mitigación más inteligentes, más específicas; mientras no se cuente con una vacuna o un tratamiento efectivo que ya se haya distribuido ampliamente a nivel global, la realidad es que la curva de la pandemia va llevar a la muerte a muchos y luego va bajar y aparentemente parecerá que se extingue y entonces saldremos todos a la calle y lo que va pasar es que nos va venir una segunda oleada que va a ser mucho más devastadora que esta”.
Hoy por hoy, el problema de nuestro país es la gente asintomática no identificada, ellos son los que empujan los contagios, el que se siente enfermo está en su casa o en un hospital, pero el que no siente nada cree que puede salir y esos portadores son el motor que esta empujando la diseminación de contagios, por lo que es muy importante identificarlos.
Necesitamos que el gobierno federal empiece a realizar masivamente pruebas que permitan saber quién está infectado, solo así se obtendrán resultados satisfactorios y más aún cuando no se cuenta con un sistema de salud robusto, la optimización de los recursos materiales y humanos resulta fundamental. Pero parece ser que tirar la toalla como lo ha venido haciendo desde un principio el subsecretario López-Gatell y dejar que pase lo que tenga que pasar, es parte de la estrategia no visible contra el COVID-19, es dejar todo en manos de un acto de fe.
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